Aquí me encuentro en una mañana de otoño,
Una más de las que pasa cada año y cambia la blusa de los árboles.

Una mañana fresca y liviana. A lo lejos, y cada vez más cerca gracias a mi paso pausado,
Un árbol pintaba en sus hojas el tiempo.

El color enrojecido en él era distinto,
La luz de la hora, la soledad del lugar y tu mirada imaginaria me motivaba a contemplarlo,
… lo contemplé un poco más.

Una hoja caía y me recordó una lágrima del pasado.
Otra cayó y el pecho se apretó al llegar la nostalgia.

En mi trance ignoraba lo cerca que ya me encontraba.
Una tercera hoja cayó en mis manos, trayéndome de regreso
con una tranquilidad a medias que me robaba un suspiro.

Aquel árbol de un día de otoño que me recuerda de este aire que no para,
En el que unos se llenan de experiencia y otros brillan de ingenuidad;
Que hay hojas que hay que dejarlas ir y otras a las cuales hay que atrapar.

Carlos A.