La brisa soplo su recuerdo, de ese noviembre, cuando la vio de momento y supo que por ella sentiría lo
eterno, -” hace tanto de aquello...” – me dijo.
Eran niños en esos tiempos, en que esa gran ciudad todavía era un pueblo, y
bajo una noche estrellada le prometió un puñado de estrellas, ella lo marco con
su sonrisa… ellos no lo sabían
todavía…
Las estaciones fueron pasando y la vida jugo su papel de presentarles
distintos caminos, esas cosas del crecer. Se hicieron promesas de amor, en esa
ingenuidad de tontos, pues desconocían que las promesas se hicieron para
romperse. Y Ella partió al extranjero, cosas de estudio y de sueños, y desde
entonces no se habían vuelto a ver.
Hizo una pausa y le dio un
sorbo a su bebida y su mirada se perdió en la ventana acariciada por la lluvia.
Yo le miraba fijamente, vi como su rostro se iluminaba… se le escapo una
sonrisa esta vez… y continúo con su historia:
Ella tan hermosa como siempre, aunque la vida había dibujado al natural un
poco de experiencia alrededor de sus ojos, salía del hotel esa mañana un poco
apresurada. Su trabajo la había traído a la ciudad de su infancia y juventud, y la caricia
de la mañana le suspiro el recuerdo también…
Miró la calle familiar y sonrió por un momento
al ser golpeada por el anhelo del roce de los dedos de aquel joven, los cuales
siempre terminaban enredados en su cabellera… y revivió las memorias en esa
esquina de años atrás.
Decidió desviarse, ir por un café antes de su conferencia, quiso hacer
largo el recorrido, notando cuanto habían cambiado las cosas y sin embargo otras
no tanto, y percibió a lo lejos esa esquina de su ayer en la que ahora existía
una pequeña cafetería.
Y así iban los dos, detenidos en el tiempo, y es que ya lo sabían, que habían dejado pasar ese momento…
Sus vidas habían continuado, el
cansado de las aventuras, ella enviudado y con una hija hermosa. Mas de vez en
cuando sus mentes les llevaba a ese momento
en el tiempo.
Y el roció llego de repente, ella corrió hacia el lugar buscando un
refugio, pues siempre iba tan elegante, en el “ahora” de ese día que vestía su
abrigo rojo. Su plan se volvió sencillo, buscar su bebida para el camino, pero
el “hado” tenía otra cosa en mente, decorándole su atuendo con las salpicadas
de una motoneta… ella sonrió en la impotencia. Supo que por primera vez llegaría
tarde a su destino y decidió sentarse en aquel lugar a degustar su bebida.
El mientras tanto tan paciente, como
siempre mantuvo su paso tranquilo y pausado, con su carácter tan bohemio
disfrutaba las caricias que les daban las gotas a su cabello que ya dejaba
notar hilos plateados.
Llegó a su escondite de tantos años y se dirigió a la "barista", diciéndole:
-"Sofia, mi vida, mi espresso de siempre" - a esa que era su hija, ya
toda una Srta. Pero al irse a sentar a su asiento acostumbrado, tremenda sorpresa
se había de llevar al encontrarla, sin creérselo, sentada en su mesa
concentrada en la nada.
Y en ese instante le
interrumpí diciendo –“Ya ese día había dejado de ser uno más, cierto?”. Me
respondió con una mirada jocosa y alegre y continuó relatando:
Y se acercó hacia ella, haciendo lento sus pasos para darse tiempo a que
decir después de tanto tiempo. Ella giró su perfil y sus miradas se
encontraron... y es que ya lo sabían de
nuevo, que había llegado su momento.
Y es que esta historia de
ellos dos, es de esas raras que se escuchan, a esas que le llaman segunda
oportunidades, otros le llaman destino... y yo aquí sentando junto a él,
compartiendo esta tarde, cada uno con un café, solo me falta por decirles las
ultimas palabras que me dijo el anciano, ahora en este presente, al despedirse regalándome una sonrisa: es
que lo supe en todo momento…
Carlos A.
Escrito: 10-12-2012
Gracias Sr. Andrew por
compartir el café y su historia conmigo. Si algún día lee esto, mi traducción
al ingles la considero débil pero al menos lo intente (LOL), espero que le
guste el resumen que acabo de presentar y que haya sido fiel a su relato. Aunque
no creo que usted sea de esos que les guste el internet… sin ofender.
Quizás algo que se puede
sacar de esta historia es que algunas cosas, buenas y malas, pasan cuando
tienen que pasar y no se puede querer controlarlo todo. Y de vez en cuando hay
una historia media “serendipity”
ASANZ esta es una historia en que la margarita dijo SI ;P
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