Hace unos días me encontraba tirándome una foto para unos documentos. Mientras guardaba las fotos nuevas me encontré con una foto mía del 2007.

Una de las cosas que lleno mi ego, fue el darme cuenta que aparte de algunas sutilezas, ambas fotos mostraban a un Carlos que poco había cambiado (físicamente hablando).

Pero, para mi lo mas interesante fueron mis ojos, porque en ellos si podía notar una gran diferencia. No tenia nada que ver con lo físico, si no con la expresión de los mismos… quizás puede ser difícil de explicar. 

Dicen que los ojos “son las ventanas del alma”, y puede ser cierto. Esa frase puede significar muchas cosas. Lo cierto es que, sin decir palabras, sin ni siquiera mover el cuerpo, tan solo viendo una foto, algo totalmente estático, los ojos dan a conocer mucho.

Las experiencias te marcan, a veces para bien y otras veces para dejar ciertas heridas, lo cierto es que, aunque tus ojos las revelen (tus experiencias), nunca dejes que los mismo dejen de mostrar ese fuego que es tan necesario para seguir abriéndolos cada mañana… hasta que al fin llegue el ultimo respiro y el descanso se vuelva largo.

Así que abre de par en par “las ventanas del alma” y disfruta “los pequeños momentos”, y eso del “perder el tiempo”, pues déjalo para cuando el tiempo ya no sea tiempo.