En este mundo contrario,
inverso,
ese que vive en mi cabeza,
cuando estoy ausente.

Sí, este mundo loco,
para algunos,
donde se ven las aves volar,
entre olas.

Y la pinta de una luna,
que rebota entre montañas,
y los árboles florecen en un
invierno imaginario.


En este mundo contrario,
donde no existe un tiempo
medido,
y el que porta un reloj se condena a una muerte, lenta.

Ese mundo que nació de un punto,
se escapó de mi boca,
rompió las cuatro paredes y se convirtió
en bramido que pinta vino.

Este es un mundo escondido,
un mundo al que no invito.
y si llegases a entrar es probable que no encuentres huida
al sumergirte en sus valles de momentos pequeños, siglos en esos lugares rutinarios.


Aquí puedes que te partes en dos el alma
y te la zurcas con rocío de una memoria,
Con la nube que entra por la ventana,
Con las caricias prometidas de unas manos delicadas, olvidadas.

Luego que queda advertido
La existencia de este lugar donde lo absurdo es lo derecho,
Sin mapa para ser encontrado,
Y con solo dejando la cordura guardada basta.

Nos queda por pensar si se deja presa
La esencia,
Más allá de lo juicios esotéricos,
O si deja libre sin miedo a ser perfilados como lunáticos.


En este mundo contrario,
Inverso,
En ese que vive en nuestras almas,
Cuando estamos ausente.